La sensación de no saber qué le pasa a mi perras es una de las peores que conozco (desde que mis hijos empezaron a hacerse mayores). Y eso que soy veterinaria. Pero cuando las veo mal me pongo en modo “madre” y necesito que otros de mis compañeros me echen una mano.
Así que no quiero pensar cómo te sientes tú en esos casos.
La tos es uno de los síntomas que más confunde cuando se tiene un perro, porque muchas veces no se reconoce como tal. Nos decís que tiene algo en la garganta o que vomita, porque es muy frecuente que una tos intensa acabe en vómito o que elimine secreciones de la garganta.
La mayoría de las veces esta tos se trata y más o menos en una semana va mejorando. Pero en otros casos se complica y acaba en bronquitis o incluso neumonía. Y puede dejar de comer, tener fiebre, costarle respirar y ponerse realmente enfermo. Los cachorros, viejitos o ciertas razas (sobre todo de morro chato) tienen más probabilidades de que les pase esto. Y todos los perros pueden contagiarse solo pasando cerca de alguno que tenga la enfermedad, porque se transmite por el aire. La peor época es el otoño y la entrada del frío.
Si quieres evitarlo existe una vacuna muy eficaz. Son solo unas gotas en la nariz y ya lo tenemos protegido para un año* Esta vacuna actúa frente al virus y la bacteria que causan la enfermedad. Podemos ponerla desde los dos meses sin límite de edad y a la vez que otras vacunas si es necesario.Y así, con tu perro protegido frente a la tos de las perreras, una preocupación menos.
*si a tu perro es imposible ponérsela tenemos una alternativa inyectable, pregúntanos.
** Si tienes contratado un Plan de salud, o bien está incluida o tiene un descuento mayor, consúltanos.
Y si aún tienes dudas, aquí tienes un poco más de información para conocer a fondo la enfermedad y sus riesgos: